Es probable que durante estos últimos días tu sitio web haya experimentado un apreciable incremento de tráfico. Sin embargo, quizá te haya resultado sospechoso que una parte significativa de ese incremento de visitas proceda del tráfico directo, y que, al revés de lo que uno espera de tan preciado segmento, su comportamiento en el sitio haya sido malo… pero malo, malo. Muy pocas páginas por visita, rebote exorbitante, ni una triste conversión… Si te reconoces en estos síntomas, ¡ojo! Quizá seas víctima del efecto Google Instant Preview.
Accede raudo a Analytics > Usuarios > Navegadores. Busca en la lista el navegador Safari. Si, asociado a este navegador, detectas un fuerte incremento de visitas, que coincide más o menos con el incremento de visitas de tu sitio, el sospechoso es Google Instant Preview. Y si accedes a los datos sobre versiones de Safari, y la versión que ha crecido más allá de todo decoro es precisamente la 525.13… ¡amigo, no hay vuelta de hoja! Es Google Instant Preview.
¿Quiere esto decir -quizá te preguntes- que la gente está previendo mi web? ¿Debo suponer que los usuarios están clicando en la lupita para ver una imagen de mi sitio y decidir si acceden o no? ¿Y qué tiene esto de malo? ¿Dónde está el horror anunciado en el título del post?
Veamos.
Ante todo, te ha de quedar muy claro que este incremento de tráfico no significa en absoluto que los usuarios estén solicitando previews de tu sitio. Estas visitas no tienen nada que ver con lo que hacen o dejan de hacer los usuarios con respecto a tu web. Los datos se refieren a las visitas del robot de Google Instant Preview; indican páginas solicitadas por la araña de Instant Preview para poder generar una imagen de tu sitio y guardarla en los servidores de Google.
Todas las pruebas que he hecho hasta ahora indican que el robot de Instant Preview accede al sitio sin que el usuario haya solicitando un preview (Google explica cómo cachea los previews al final de este post), genera la imagen y la guarda. Esta página vista («vista» por el robot, se entiende; ningún usuario ha visto nada todavía) queda registrada en Analytics, y cuando el usuario pide un preview, Google se lo sirve directamente de sus servidores, sin solicitar ninguna página al sitio web y sin que Analytics registre ninguna interacción.
Recapitulemos, porque esto es gordo. Cuando el usuario no ha pedido nada, la visita queda trackeada; en cambio, cuando el usuario pide un preview, Analytics no registra ninguna visita. Si el usuario pide 100 previews, Analytics no registrará ni una página vista. Es decir, Analytics está informando sobre interacciones con el robot, y no con los usuarios que utilizan el «preview».
Hasta ahora, Analytics servía básicamente información de usuarios reales, y no de arañas, puesto que Analytics trackea mediante JavaScript y las arañas no suelen ejecutar JavaScript. Esto, en mi opinión, hacía de Analytics (y similares) una herramienta muy útil. Si quieres monitorizar interacciones con robots, hay formas de hacerlo, como atacar los registros del servidor, o abrirte una cuenta en Webmaster Tools. Si, en cambio, quieres monitorizar personas, Analytics es (o lo ha sido) una gran opción. Pero como el robot de Instant Preview sí ejecuta JavaScript, sus visitas quedan registradas en Analytics. La consecuencia es obvia: el tracking generado por un robot está adulterando datos que deberían referirse únicamente a personas.
Y ahora, el horror. Resulta que aunque el robot ejecuta JavaScript, no maneja cookies, y en consecuencia no hay sesión: el efecto es que cada página solicitada por el robot se registra como una visita diferente de un usuario diferente; todo son visitas de una sola página; el rebote, pues, es del 100%, así como el porcentaje de visitas nuevas; y no hay «referer», por supuesto: todo es tráfico directo. Es decir, las visitas de Instant Preview, que presentan un comportamiento extremo, puesto que son todas de calidad ínfima, puede deteriorar de forma acusada la calidad y la relevancia de los datos de muchas cuentas de Analytics.
Había formas y fomas de integrar la información sobre Instant Preview en Analytics. Algunas habrían sido sensacionales: informes específicos de la interacción de los usuarios con la lupita. Otras, habrían sido aceptables: contabilizar la interacción con la lupa, sencillamente, como una página vista (una página generada por el usuario, claro, con su navegador y sus cookies; no una página generada por un robot). Incluso habría sido correcto no integrar la información de Instant Preview en Analytics, o no hacerlo por ahora, y con el tiempo ya se verá. Pero esto que ha hecho Google era, sin duda, la peor opción posible. Da la impresión de que los responsables de Instant Preview y los de Analytics no se han reunido nunca ni han coincidido nunca en la cafetería, porque si no esto no habría pasado. ¡Cómo! -habría dicho alguien-. ¿Que estáis haciendo un bot que ejecuta JavaScript y que va a cachear todo lo cacheable? ¡Para el carro, animal, que me la lías gorda!
En fin, sigo investigando, pero si se confirma tal como parece que las visitas del robot de Instant Preview irrumpen en Analytics sería, en mi opinión, toda una chapuza. Tanto, que parece muy razonable empezar a filtrar esas visitas para volver a tener informes que se refieran a personas, y no a robots.
Actualización (25 de noviembre de 2010): Google corrige el efecto indeseado de Instant Preview en Analytics.